GUSTAVO ARCOS SOBRE “EL ALMACÉN DE LA IMAGEN” EN CAMAGÜEY.

ALMACÉN EN REPARACIÓN.
Por Gustavo Arcos

Con la entrega de premios, la 19 edición del Almacén de la Imagen en Camagüey cerró sus puertas. El mediometraje, “Tractatus” producido por la Facultad de Audiovisuales del I. S. A y dirigido por el joven holguinero Rafael Ramírez, se llevó casi todos los premios, gracias a su juego con el lenguaje, la apropiación de múltiples referentes culturales y la habilidosa construcción de un supuesto drama, utilizando el falso documental, expresión artística raramente vista en nuestro entorno. Otra obra que resultó vencedora en su categoría fue “Que me pongan en la lista”, documental de Pedro Luís Rodríguez quien con audacia e ironía, puso de manifiesto la apatía y el simulado compromiso que sienten muchos, hoy en día, por integrar una organización tan masiva como los CDR.

Curiosos resultan los procesos desmitificadores de la realidad sobre los cuales operan ambos autores quienes no por gusto, indagan, ralentizan, fragmentan, parodian o intervienen la imagen, generando nuevas interrogantes sobre la verosimilitud artística y la manipulación de la Historia.

El 19 Almacén brindó espacio por vez primera en el oriente del país al Pitching, una estrategia de producción y financiamiento audiovisual de reciente introducción en la isla, que pretende apoyar proyectos desde su gestación. Entidades o figuras del entorno productivo escuchan las propuestas de filmes posibles, dialogando con sus propios autores, quienes presentan una carpeta con todo lo que pueda ser útil para captar la atención del jurado. Se trata de seducir a los productores para que intervengan con ayudas financieras o tecnológicas en la realización del filme. La iniciativa resulta eficaz en la medida que cada año son decenas los proyectos que se intentan rodar en el país con escasos presupuestos y sin apoyo técnico artístico especializado, así, guiones deficientes, conflictos e historias sin progresión dramática o visualmente fallidas pudieran salvarse con este sistema que se estima, tendrá continuidad en futuras ediciones del Almacén.

Haciendo memoria, pudiera recordarse el extraordinario impacto que este evento tuvo cuando surgió, a fines de los 80, para darle progresión a los talleres del audiovisual que organizaba la Asociación Hermanos Saiz (AHS) y que sirvieron de plataforma a toda una nueva generación de creadores del cine y el video en la isla. Nombres como los de Ernesto Fundora, Rudy Mora, Orlando Cruzata, Alejandro Gil, Jorge Dalton, Camilo Hernández, Juan Pin Vilar, Juan Carlos Cremata, Enrique Álvarez, Arturo Sotto y Jorge Luís Sánchez frecuentaban estos espacios con obras, y sobre todo ideas, que pretendían revolucionar el audiovisual de su momento.

Pero el tiempo ha pasado y si antes la llamada vanguardia joven y artística se hacía presente a como diera lugar en estos eventos sintiéndolos como suyos, hoy rara vez encuentras a “las nuevas vanguardias” (¿hay alguna?) presentando o debatiendo sus filmes. Un triste proceso de involución que tiene múltiples aristas: la indigencia financiera con la que se intentan mantener estos espacios, la falta de rigor en las curadurías y selección de las obras, la ausencia de un perfil o concepto de identidad que defina al evento y lo diferencie de otros, el débil equipamiento tecnológico de las salas de exhibición, la falta de estímulos reales a los procesos de producción si de premios se trata, el poco compromiso de los exhibidores para con las obras destacadas, las ineficaces acciones en el campo de la promoción mediática, la aplicación de soluciones a último momento en materia de programación y la habitual incertidumbre que rodea cuestiones claves en cualquier evento como las facilidades de transportación, hospedajes y alimentación para los invitados, son algunas de las trabas que los vienen ensombreciendo. La ya comentada falta de compromiso generacional y la fragmentación del espectro audiovisual en la isla que genera múltiples acciones de forma individualizada e inorgánica influyen también en su debilitamiento.

Tales fenómenos convierten a estos encuentros en experimentos de laboratorio, una suerte de caverna platónica a la que confluyen muy pocos interesados, mayormente los mismos invitados, que dialogan entre ellos y que muy rara vez, hallan eco en la comunidad o población quien parece no interesarle lo que ocurre en sus propios predios. No hay dinámicas de interrelación, ni mecanismos de promoción acertados que busquen al espectador. No hay catálogos, ni carteles y la prensa local o nacional apenas le da cobertura escrita y televisiva. Increíble resulta que teniendo la propia provincia una filial del Instituto Superior de Arte e incluso de su Facultad de Medios Audiovisuales apenas unos pocos de estos muchachos y muchachas se incorporaron a los debates y exhibiciones de filmes.
La comunidad debe aprovechar al máximo la visita excepcional de artistas y creadores de otras regiones, incentivando encuentros, diálogos o clases magistrales, rentabilizando al máximo su presencia en el Festival, algo que, dada la pobreza económica que vive la nación, apenas puede hacerse en otro momento del año.

Si bien el Almacén propició varias mesas de discusión sobre el presente y el futuro del cine en Cuba, donde intervinieron figuras invitadas, las interesantes ideas e intercambios que en ellas tuvieron lugar nunca fueron grabadas para las memorias o posterior reproducción, ni contaron entre los espectadores con los funcionarios que definen o implementan políticas culturales. También fue llamativa la ausencia de aquellos que, en las organizaciones juveniles (no olvidar que se trata de un evento de cine joven), tratan los temas de los medios, la ideología o el arte. Como si los asuntos del audiovisual, la televisión o el cine contemporáneo fuesen algo secundario y sin verdadero impacto social. Eso pudiera explicar el reciente caso ocurrido en la provincia de Granma cuando el director del canal de televisión local expulsó de forma violenta y desproporcionada a un conocido crítico y especialista de los medios pues en un espacio sobre audiovisuales exhibió un corto, (“El grito”), realizado en la Facultad del ISA y galardonado con varios premios nacionales al que catalogó de inmoral, pornográfico e ilegal. El funcionario quien por una parte parece vivir en otro siglo y desconocer rampantemente las dinámicas culturales de la nación, por otra, muestra el mismo desprecio que en ciertas estructuras del país se siente hacia este audiovisual, estigmatizado como contrarrevolucionario, hipercrítico, pesimista o violento.

Sin importar lo que algunos piensen de él, los cortos, documentales, video experimentales y spots promocionales aquí presentados son una muestra de la pujanza que este audiovisual alternativo tiene en todo el país. Por encima de las censuras, los obstáculos y las zancadillas estas formas de expresión han llegado para quedarse y oxigenar el panorama artístico de la nación, unas con mayor agudeza y riesgo, otras de forma ingenua o superficial, muchas mostrando inquietudes estéticas, o juegos con la forma que necesitan mejor concreción. Interesantes, banales, vigorosas, cuestionadoras o irónicas, son un fiel reflejo de las turbaciones artísticas y las preocupaciones sociales o humanas que tienen los más jóvenes creadores de nuestros días y contra esa energía creativa… no hay nada que hacer.

Gustavo Arcos. Noviembre 2009.

RESULTADOS DE “XIX Festival Almacén de la Imagen”Acta del Jurado.
“XIX Festival Almacén de la Imagen. Camagüey. 2009”.

El jurado, compuesto por el profesor y crítico Gustavo Arcos y los realizadores Alejandro Gil y Jorge Ribail tras visionar más de ochenta obras en diferentes categorías y especialidades ha decidido otorgar los siguientes Premios y menciones:

Mejor promocional: Conjunto de spots presentado por Raúl Marchena
Mejor Video Experimental: Cleaning, de María Eriza Pérez.
Mejor Animado: La última gota, de Ivette Avila y Yurima Luís Naranjo.
Mejor Video clip: No se presentaron.
Mención en documental a: «Hasta Santiago… y», de Richard Abella.
Mejor Documental: Que me pongan en la lista, de Pedro Luis Rodríguez.
Mejor obra de Ficción: Tractatus de Rafael Ramírez
En las especialidades artísticas el jurado otorga sus Premios a:
Mejor dirección: Rafael Ramírez por Tractatus
Mejor guión: Rafael Ramírez por Tractatus
Mejor Fotografía: Yuniel Mentado por la ficción Del plomero me encargo yo.
Mejor Edición: Carlos Rafael Betancourt por el documental, Que me pongan en la lista
Mención en banda sonora para… La última gota
Mejor banda sonora: Livan Magdaleno por… De las sombras chinescas de Liborio.
Mejor Música Original: Carlos Rafael Betancourt, Rodolfo Batista, Charlie Vahrens y Markus Kraub por… Tractatus
Mejor Dirección de arte: se declara desierto.
Por la riqueza expresiva, la búsqueda de un lenguaje sugestivo y su audacia en la utilización de referentes culturales, este Jurado ha decidido otorgar el Gran Premio LUCES DE LA CIUDAD a la obra…. TRACTATUS de Rafael Ramírez.

Dado en Camagüey, 1 de noviembre de 2009.

Alejandro Gil Álvarez
Jorge Ribail
Gustavo Arcos Fernández –Britto

PD: Hace un montón de semanas que no puedo acceder al blog de «Gaspar, el Lugareño», pero desde España un amigo me indica que allí se publicaron otras impresiones sobre «El Almacén». Desde luego, ni idea de lo que se dice, porque el link lo he tomado de Google, pero si intento abrir la página, me da error.

PD2: Por fin pude acceder hoy al blog de «Gaspar, el Lugareño», y copio de allí el interesante comentario de José Rey Echenique, así como una evocación de Mirtha Padrón sobre el evento, en los tiempos en que se desempeñaba como directora del Telecentro de la ciudad. De paso, voy a incluir su blog entre mis vínculos.

Por una nueva imagen.

por José Rey Echenique
(texto enviado para el blog Gaspar, El Lugareño)

Lo que vaticinaba ser, a primera vista, un diálogo trasnochado y soso, acerca de las nuevas tendencias del arte joven, en específico de la cinematografía joven, se convirtió en un verdadero escenario de comunicación social, sin ambages, ni claroscuros. Un debate en el que se hicieron patentes, acuciantes inquietudes que gravitan en el fenómeno audiovisual cubano de principios del siglo XXI.

Con un panel formado por nombres como Gustavo Arcos y Juan Antonio García, todos ellos consagrados a la crítica y a la investigación culturológica, relacionada con el audiovisual, los asistentes a la sala del cine Nuevo Mundo, nos sentimos tentados ante la provocación de interrogantes disímiles que, en alguna medida, fueron abordados desde un punto de vista crítico y desprejuiciado, dando lugar así a importantes valoraciones. Eran asuntos tales como: la tecnología y los nuevos realizadores; la falta de referentes culturales en los mismos; el denominado habano centrismo; la insuficiencia del ICAIC, como única vía para la exhibición en salas, de una creación audiovisual joven cada día más rica, diversa y cuantitativamente abrumadora; la sistematización de la presencia femenina dentro del audiovisual joven; la refuncionalización de temas tradicionales en la historia del cine y el concepto actual de originalidad; así como, las deficiencias de la llamada crítica cinematográfica joven, y los riesgos que implica unirla a otras disciplinas de las ciencias sociales, cuando no se respetan los límites naturales entre expresión artística y enfoque teórico.

Hubo un punto de giro en el debate, cuando el documentalista y poeta Gustavo Pérez, desde el auditorio, aludió a la imperiosa necesidad del Internet, como vía y herramienta democrática, para la canalización de la expresión audiovisual de los realizadores, red que propicia además, la actualización informativa y la entrada al país de nuevas tecnologías que, desafortunadamente, llegan de manera tardía, cuando en el mundo son herramientas tangibles y en ocasiones ordinarias.

Por último, los panelistas enfatizaron en la problemática de los diseños estructurales de los eventos y festivales; reparando, a su vez, en tópicos que atienden a criterios de selección de obras, edad, nacionalidad de los concursantes, etc. Y hasta qué punto, preservar convenciones que ya van quedando chicas, ante la envergadura de la creación audiovisual en el país.

La mañana del sábado, en el marco del Almacén de la Imagen, no fue una más. Esto demuestra que, nuestro cine o, me atrevo a decir, nuestra cultura, urge cada vez más de una comunicación directa, crítica, entrañable, compartida, a través de debates sin los cuales, sería imposible la superación de sí misma.

Esperemos que en las próximas ediciones, impere la misma vitalidad. Ello, sin dudas, influirá en la solidez de la nueva imagen.

A PROPÓSITO DEL ALMACÉN DE LA IMAGEN
por Mirtha Padrón

He sabido de esta edición del “Almacén de la Imagen” por los blogs de Juany y El Lugareño. Me dio gusto, porque pude recordar algunas buenas cosas de los años en que teníamos como Telecentro una activa participación en el mismo, sobre todo con la logística y algunos creadores. Parece que la tradición sigue, porque vi como miembro del jurado a Veranes. No se asusten, no voy a hablar mal de nadie. Sólo y muy breve, una anécdota.Yo salí de la televisión en el año 1996 porque hicimos un documental,(bueno, en realidad lo hizo un periodista al que yo apoyé en su propuesta) sobre el aborto, era un análisis equilibrado ,bueno, entrevistaba a los que estaban a favor y en contra, tenía estadísticas, opiniones diferentes, para que la gente sacara sus propias conclusiones. Me costó el puesto, claramente hablando y no se transmitió. Me prohibieron hacerlo, en un ejercicio de acoso e imposición. Lo interesante de la historia no es mi renuncia (obligada),sino que después se presentó en la edición del “Almacén” de ese año y fue premiado y que parte de los que me dijeron hasta del “mal que iba a morir” en aquello años donde fui condenada a cierto ostracismo, no total, claro; hoy, formaron parte del jurado. La vida es extraña y antes de que me diga alguien que he cambiado, respondo que sí y mucho y para bien, pero robándole la frase a un escritor que he leído por estos lugares; en esa cuestión,”la rabia sigue intacta”.

Publicado el noviembre 4, 2009 en AUDIOVISUAL JOVEN EN CUBA. Añade a favoritos el enlace permanente. 3 comentarios.

  1. Mil gracias estimado Gustavo por permitirnos a los de «afuera» conocer más sobre lo que está sucediendo dentro de nuestro ámbito , sobre todo a partir de la participación de la nueva generación .
    Saludos¡¡¡

  2. Hola mi nobre es Richard Abella. Acabo de neterearme de la mencion de mi documental en el Almacen. Me gustaría por favor, que pusieran su título verdadero que es («Hasta Santiago…y») y no (Hasta Santiago a pie) como sale publicado,
    gracias.

  3. He sentido mucha pena al leer el artículo de Gustavo Arcos,pues pude apreciar,que aún subsisten los problemas,que hacen que los eventos constituyan una verdadera carrera de obstáculos. Me pregunto,cúando las personas,que atienden la cultura en Camagey van a darle la importancia,que tienen,tanto el cine como el audivisual joven.Después de tantos años,nuestra ciudad sigue en las mismas.
    Pienso,que mientras existan personas,que desconocen el verdadero
    significado de la palabra Cultura,tanto el cine como el audiovisual
    continuarán enfrentando todos los problemas a los que hace alusión Gustavo Arcos en su interesante artículo.Por lo demás,les queda a ustedes la satisfacción,que contra viento y marea realizaron el evento,y los jóvenes creadores exhibieron sus trabajos.Una vez más quedó demostrado,que a pesar de todo,el talento se impone y que
    los que aman verdaderamente el cine,nunca se darán por vencidos.
    Besos,
    Amelia

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