En estos días previos al inicio del 17 Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica, me he tropezado en la calle al menos con tres personas que muestran su asombro con la “elección” de Camagüey para el estreno mundial de “Martí, el ojo del canario” (2010), de Fernando Pérez. Sin embargo, no es la primera vez que un acontecimiento de ese tipo sucede, pues ya el año pasado Enrique Pineda Barnet (otro Premio Nacional de Cine) le concedió a los camagüeyanos el privilegio de ser los primeros en ver “La anunciación” (2009), y algunos años atrás el propio Fernando nos regaló la première absoluta de “Suite Habana” (2003).

Vale la pena aclarar que en ambos casos la iniciativa de la “elección” para estrenar sus filmes ha nacido del propio Fernando Pérez, quien desde hace varios años vive una relación bastante intensa con Camagüey y sus cinéfilos. No quiero ser yo quien explique las razones de esas deferencias hacia la ciudad. En todo caso cito al propio Fernando Pérez, cuando en el prólogo a “Introducción al cine”, el libro de Luis Álvarez Álvarez y Armando Pérez Padrón que estaremos presentando en el marco del Taller de la Crítica, nos dice:

“No es por casualidad que un libro como este haya sido gestado en Camagüey, plaza ilustrada que tanto le ha aportado a la cultura cubana. Allí la apreciación, promoción y discusión cinematográficas han encontrado un espacio abierto y enaltecedor. (…) El Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica puede ser considerado como uno de los eventos más relevantes de nuestra cinematografía”.

Lamentablemente, entre la relevancia nacional del evento que aprecia Fernando, y las condiciones de los espacios en que éste se desarrolla, existe un desequilibrio brutal que raya casi con el peor melodrama. Digamos que hay aquí una historia de amor por el momento no correspondida: el cine ama a Camagüey, pero los cines (como espacios físicos) se desentienden del desvelo. Ojalá, por fin, alguien con capacidad para decidir dentro de la ciudad, tome conciencia de cuánta falta le hace a Camagüey un cine que esté a la altura de eso que Fernando Pérez, Enrique Pineda Barnet, Julio García Espinosa, o los directivos del ICAIC, elogian desde la capital.

Pero hoy es día de fiesta audiovisual en la ciudad, y solo quisiera estar pendiente de lo que suceda en el cine Guerrero, a partir de las nueve de la noche, cuando tengamos la posibilidad de disfrutar “Martí, el ojo del canario”, el filme más reciente de Fernando Pérez. Todo un regalo espiritual para los lugareños, y que será presentado por su productor Rafael Rey y el asistente de dirección Rafael Rosales.

Juan Antonio García Borrero